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domingo, 9 de octubre de 2011

DIBS En Busca Del Yo

El juego es la forma de comunicarse del niño y es por ello que para trabajar con niños hay que entender y aprender el significado del juego. “La responsabilidad del terapeuta es la de determinar la técnica más apropiada para el caso en lugar de forzar al niño a un molde terapéutico. Hay que individualizar y acomodar las técnicas al niño (enfoque prescriptivo ecléctico) que cuenta con el apoyo intuitivo y de investigación.”


“Erickson (1950) nos dice que el juego es una función del yo, un intento de sincronizar los procesos corporales y sociales con el sí mismo”. El juego tiene una función de comunicación. Es a través del juego que se ayuda a los niños a expresarse y posteriormente a resolver sus trastornos emocionales, conflictos, o traumas. Y además promover el crecimiento y el desarrollo Integral, tanto en lo cognitivo como en las interacciones con sus semejantes de manera apropiada.


FUNCIONES DE LA TERAPIA DEL JUEGO 


BIOLOGICAS.-             

·         Aprender habilidades básicas

·         Relajarse, liberar energía excesiva

·         Estimulación cenestésica, ejercicios


INTRAPERSONALES.-  

·         Deseo de funcionar

·         Dominio de situaciones

·         Exploración

·         Iniciativa

·         Comprensión de las funciones de la mente, cuerpo y mundo

·         Desarrollo cognitivo

·         Dominio de conflictos

·         Satisfacción de simbolismos y deseos


INTERPERSONALES.-  

·         Desarrollo de habilidades sociales

·         Separación – individuación


SOCIOCULTURALES.- 

·         Imitación de papeles deseados (en base a modelos que presentan los Adultos que lo rodean)


La psicoterapia de los niños fue inventada primero por Freud (1909) para tratar de aliviar la reacción fóbica de su paciente Hans. Freud le sugirió al padre del paciente algunas formas para tratar de resolver algunos de los principales problemas de su paciente. El juego no se usó directamente en la terapia infantil hasta 1919 por  Hug-Hellmuth. 


En 1928 Ana Freud empezó a usar el juego como una forma para atraer a los niños a la terapia. El fundamento de ésta técnica involucra el concepto de alianza terapéutica. El psicoanálisis tradicional sostenía que la mayor parte del trabajo de análisis se consumaba una vez que los aspectos saludables de la personalidad del paciente se unían a las fuerzas que el analista contraponía al YO enfermo del paciente. A medida que el niño desarrolla una relación satisfactoria, el énfasis del enfoque de la sesión se trasladaba lentamente del juego hacia las interacciones de tipo verbal. Ana Freud utiliza el juego como medio terapéutico.


Melanie Klein (1932) utiliza el juego como sustituto de la verbalización, ya que es la forma de comunicarse del niño.


En 1938, Solomon desarrolló una técnica llamada “Terapia de juego activa”para usarla con niños impulsivos (acting-out). Solomon veía que esto ayudaba al chico a expresar su IRA y TEMOR a través del juego (efecto abreactivo). A través de la interacción con el terapeuta, el niño aprende a redirigir la energía usada antes en “Acting-out”, hacia conductas más aceptadas socialmente orientadas en el juego. Enfatiza el desarrollo del concepto del tiempo en el niño proporcionándole ayuda para separar la ansiedad de los traumas pasados y consecuencias futuras de la realidad de sus actos.


Hambridge recreó directamente el suceso productor de ansiedad en el juego para facilitar la abreacción en el niño. Esta técnica se utilizó en una fase intermedia en la relación terapéutica previamente establecida, una vez que el niño tenía suficientes recursos (internos) del yo para manejar tal procedimiento intrusivo y directo.  


La terapia de juego tuvo un desarrollo importante a partir del trabajo de Carl Rogers (1951) y Virginia Axline (1964-1969). La terapia de juego proviene de la escuela humanística y en esencia está centrada en el niño.


Al estar centrados en el niño aceptamos lo que él nos quiere dar con su juego. El terapeuta debe estar alerta para reconocer los sentimientos que expresa el niño y éstos los devuelve de tal manera que el niño obtiene “ïnsigth” dentro de su conducta. Para lograr que se establezca el vínculo terapéutico las sesiones deben ser constantes y los padres del chico comprometerse a que ésto se de, llevando ininterrumpidamente al niño a su terapia, y hablando con el terapeuta sobre sus inquietudes. El terapeuta debe tener toda la disposición, paciencia, respeto, consideraciones por el niño, estableciendo límites que le permitan al niño aprender respeto y contención. El terapeuta sólo establece las limitaciones necesarias para tener sujeta la terapia a la realidad y para concientizar al niño de su responsabilidad en la relación. 


En 1949 Bixler en su libro o escrito “Limits are Therapy” sugiere que el terapeuta establezca los límites con los que se siente cómodo, incluyendo:

1.- No debe permitirse al niño que destruya propiedades de la habitación excepto el equipo de juego

2.- No debe permitirse al niño atacar físicamente al terapeuta

3.- No debe permitirse al niño permanecer más del tiempo programado para la entrevista.

4.- No debe permitirse al niño llevarse juguetes del cuarto de juego

5.- No debe permitirse que el niño arroje juguetes, ni ningún otro material por la ventana. 


Los límites permiten al niño que exprese sus sentimientos sin herir a otras personas temiendo represalias posteriores. Además permiten al terapeuta mantener una actitud positiva hacia el niño (ya que no se siente obligado a tolerar los acting-out agresivos de éste).


Estos límites se establecen desde la primera sesión con la consigna  de presentación.

En las primeras sesiones el terapeuta no estructura el juego (lo deja libre) simplemente observa, analiza, aclara, comprende y ayuda al niño a sentirse seguro. Más adelante se irán estructurando las sesiones según lo que necesite y según su edad. Es importante anotar que cada edad tienen una forma de jugar, una forma de ser al mundo y de cómo se integra el niño a él.


Dibs era un niño de cinco años, que se mostraba profundamente perturbado, no hablaba para nada y en algunas ocasiones o situaciones se quedaba quieto, sentado y mudo. Se presentaba como un niño muy retraído y además también hacia violentos berrinches. 

En el colegio se mostraba frio y no participaba en las actividades de grupo, siempre se colocaba en las esquinas del salón de clase y mostraba una resistencia tensa y violenta. Las maestras trataban de ayudarlo invitándolo a participar en actividades de la clase, pero él nunca respondía ni verbal ni no verbalmente, él únicamente se quedaba quieto. 

Dibs siempre gateaba por todos los rincones tanto del colegio como de su casa, y viendo libros siempre que encontraba uno, sus padres estaban muy desconcertados por el comportamiento del niño, ya que en algunas ocasiones se podía percibir en Dibs un comportamiento tranquilo y “adecuado” a su edad. 

Los padres de Dibs pensaban que el niño tenía un problema de retraso metal, y el pensar eso les causaba mucha angustia y ansiedad, ya que ambos padres eran personas muy exitosas en su trabajo y no podían ni siquiera imaginarse el tener un niño con problemas mentales. Además de que los padres de Dibs a partir de su nacimientos y de darse cuenta de su comportamiento empezaron a tomas algunas decisiones que les afecto sus vidas “perfectas” que tenían.

Como por ejemplo la madre dejo su trabajo para poder dedicarse más al cuidado de su hijo, y el padre se adentró aún más en su trabajo para evitar el contacto con su hijo. Los padres insistieron en llevar a su hijo a toda clase exámenes para detectar que era lo que estaba sucediendo con él. Pero en los resultados nunca obtuvieron una respuesta de que era lo que sucedía.

A pesar del esfuerzo que hacían las maestras Dibs nunca mostraba ninguna mejor, por lo que le pidieron a los padres de que mejor cambiaran de colegio al niño, ya que después de dos años de tener a Dibs no había ningún cambio y hasta lo miraban como un peligro para sus demás compañeros ya que es ocasiones cuando estos le hablaban el reaccionaba violentamente.

Pero a pesar de todo esto había algo en Dibs que le llamaba la atención a las maestras por lo que no terminaban de convencerse de que fuera un niño con retraso mental, y esto se fue haciendo cada vez mas y mas claro, con forme el proceso terapéutico de Dibs iba avanzando.

Durante las sesiones de Terapia de Juego no Directiva, Dibs se comportaba diferente en cada sesión, aunque algunos temas que tocaba en las sesiones eran bastante repetitivos como por ejemplo, cuando jugaba en la casa de muñecas se dirigía  a las paredes y a las puestas con llave, también en ocasiones jugaba con los muñecos de la casa y formaba diálogos a veces verdaderos y a veces fantasías de Dibs.

Poco a poco Dibs fue sintiéndose mas cómodo en el cuarto de juego, y esto iba paralelamente con su mejor comportamiento social, como por ejemplo ahora el ya no necesitaba que le quitaran el abrigo, el mismo lo colocaba en su lugar. Y esto que pasaba en la terapia también sucedía en el colegio. Estos cambios que iba teniendo el niño poco a poco iban saliendo a flote. 

La actitud de Dibs cada vez mejoraba mas, además de que el apoyo que ahora le daban los padres era diferente, porque al empezar a ver los cambios de Dibs lo empezaron a tratar de una manera diferente a como lo hacían, esto debido a que ahora ya tenían respuestas directas de el.

Dibs cada vez se comunicaba de una mejor manera y él era el que iniciaba las conversaciones, además de que durante las sesiones de Terapia de Juego se podía observar que Dibs era un niño con habilidades mentales superiores, ya que a sus cinco años de edad él ya era capaz de leer, dibujar en perspectiva, y realizar operaciones matemáticas. Aunque en el colegio actuaba como si no pudiera hacer todo esto, debido a que él quería ser como los demás niños.


Luego de la terapia Dibs logro obtener una vida mejor, tenía buenas relaciones sociales, amigos, con su madre, etc. Ya era estudiante de una escuela para niños superdotados y ya había logrado aprender a ser el mismo, a creer en si mismo y ya era un niño tranquilo y feliz. Y con forme fueron pasando los años Dibs se convertía en una persona lleno de ideas y se preocupaba por todo y por todos.

 
En opinión, la psicoterapeuta manejó la terapia de juego no directiva adecuadamente desde el inicio, ya que le dio lugar a Dibs a expresarse por medio del juego.

Ella estuvo muy interesada en Dibs, por ver más allá de las capacidades del niño. Pensó en que podía ayudarlo. Al inicio encontró dificultad por tener la aprobación de los padres y luego por la actitud de Dibs, pero se pudo ver que poco a poco el niño fue cambiando y empezó a interesarle más el trabajo con la psicoterapeuta, el cuarto de juegos, que fue cuando él empezó a cambiar y desarrolló las habilidades y destrezas que necesitaba. Todo esto fue posible por la empatía de la terapeuta y por el Rapport que estableció con él. Como utilizó la terapia de juego no directiva, la terapeuta le daba lugar a Dibs a que se expresara, y ella interviniendo cuando era necesario. Este tipo de trabajo fue de suma importancia para la vida del niño, ya que lo llevo a realizar un cambio significativo en su vida. 

Tomado del libro: Dibs, en busca del yo por Virginia Axline

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